En un entorno privilegiado
Las ciudades de Úbeda y Baeza, declaradas Patrimonio de la Humanidad, conservan aquel hechizo de hace 500 años y las convierte en el máximo exponente del renacimiento español. Rodeadas de olivares con el Guadalquivir a sus píes, estas dos ciudades conservan entre sus calles el trazado original de tiempos remotos. Úbeda representa la arquitectura privada y el poder civil, y Baeza la arquitectura pública y el poder religioso. Las dos figuras más destacadas de aquellos tiempos fueron Francisco de los Cobos, secretario de Carlos I, y su arquitecto Andrés de Vandelvira, autor de los más soberbios monumentos de ambas ciudades.
La singularidad de Úbeda y Baeza se hace palpable en sus trazados urbanísticos e importantes edificios. En Úbeda encontramos la Plaza Vázquez de Molina, considerada una de las más bellas de Europa, es un recinto abierto donde se alzan los monumentos más destacados del renacimiento, como la Capilla Funeraria del Salvador del Mundo, la Iglesia de Santa María de los Reales Alcázares, el Palacio de Juan Vázquez de Molina. En Baeza sobresalen la plaza de Santa María, que ejerce de epicentro de la ciudad noble, donde destaca la Catedral consagrada a la Natividad de Nuestra Señora, además encontramos la iglesia románica de Santa Cruz, el palacio de Jabalquinto, el ayuntamiento o la Casa del Pópulo.
El viajero se sumerge en un paseo repleto de historia, un lugar parado en el tiempo, donde la poesía, el legado de la piedra, los sabores del aceite y sus tradiciones, convierten a estas dos ciudades en un legado cultural irrepetible.
Todo un mundo en torno al olivar
El olivo es todo un tesoro indiscutiblemente indisoluble a la realidad, identidad y a las gentes de la provincia jiennense. No sólo por su importancia económica, sino porque ha generado, a lo largo de los siglos, una cultura específica que tiene en este árbol y su fruto su razón de ser. Es por eso que se puede hablar de una cultura del olivo, cuyos ingredientes son los paisajes, cortijos, almazaras, fiestas populares, museos del aceite, tiendas especializadas, yacimientos arqueológicos, la gastronomía propia, etc., que define a la mayoría de los países mediterráneos.
La provincia jiennense, primera productora mundial de aceite de oliva, ofrece al visitante el mejor escenario para la práctica de oleoturismo a través de una variada oferta de recursos turísticos relacionados directamente con el olivar y el aceite: museos, cortijos, almazaras, fiestas, ferias comerciales, etc.
Toda la provincia está salpicada de atractivos, pero hay ciertos parajes, manifestaciones e infraestructuras que no hay que dejar de visitar.
Viajar por Jaén es una sorpresa permanente. En cada pueblo, en cada comarca hay tesoros esperando ser descubiertos. Por aquí han pasado íberos, romanos, visigodos, musulmanes haciendo suyo nuestro territorio. Los caminos ancestrales nos han dejado un reguero de pinturas rupestres, yacimientos íberos, la mayor concentración de castillos de Europa, ciudades renacentistas, la arquitectura y los paisajes rurales del olivar,…,que juntos forman una colección que espera ser descubierta cada fin de semana, …, en cualquiera de tus próximas vacaciones.
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